
Nunca más comeremos una pechuga de pollo, donde es un sacrificio tragarla, se te hace bola y te tienes que ayudar con vasos de agua para que pase hasta el estómago. Haciéndolo de esta manera, notaréis la gran diferencia. En mi casa tengo un gran ejemplo con los amigos de mi hijo, cuando vienen a pasar un fin de semana, se hace casi imprescindible para la cena hacerles el pollo empanado, les sabe riquísimo. Hasta el punto que uno de ellos me hizo que llamara a su madre para que le explicara cómo las hacía, por que en su casa no sabían igual.
Empiezo la receta batiendo un huevo, si fuera mucha cantidad la que vais a hacer, añadimos 1 huevo más. Cortamos, 1 ó 2 ajos, dependiendo de la cantidad, en láminas y le añadimos perejil. Lo cubrimos con papel aluminio o film transparente, y lo llevamos a la nevera, por lo menos de 3 a 4 horas.
Pasado este tiempo, en una sartén ponemos aceite de oliva a calentar. Mientras tanto, en un plato le añadimos pan rallado, cogemos la pechuga, la salamos y la introducimos el él, lo empanamos por los dos lados y sacudimos para quitar el sobrante de pan, antes de introducir la pechuga en el aceite. freímos por los dos lados al gusto y sacamos en un plato con papel absorbente.
Ya está, no hay más, simplemente es así de fácil, las acompañamos con patatas fritas o ensalada o verdura. y una fruta, una cena excelente para nuestros hijos. y para nosotros también.
INGREDIENTES:
- Pechugas de pollo
- ajos
- Perejil
- Pan rallado
- Aceite
- Sal
Tragaldabas. !Buen provecho¡
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